El póster del film original refleja muy bien el tema principal de la película: la comunicación y el contacto entre el protagonista adolescente y la eterna niña-vampira (la sombra). El del remake, en cambio, solo muestra la imagen de la emergente actriz protagonista (muy alabada por su interpretación en Kick Ass). Chloe Moretz realiza una gran interpretación, sutil, inquietante y bien modulada pero su sola presencia física provoca unas reacciones en el espectador muy diferentes a las que provoca Lina Leandersson. Rubia y mona, Chloe, pese a la inteligencia de su actuación, no da el pego. No estamos ante una película de terror al uso, transmite numerosos sentimientos: soledad, indefensión, rebelión, iniciación, amistad, desapego, nostalgia... la grandeza del film original se basaba en esta capacidad para sugerir tantas emociones y tan opuestas (de la ternura al horror).